Solamente pasado el tiempo, uno empieza a comprender que las cosas no suceden porque sí, sino que, secretamente, se van colocando, haciéndose presentes sin conocer nada de ellas y mientras, tu mente y tus capacidades se colocan en la posición adecuada para recibirlas en el momento justo; una especie de acoplamiento de naves en la inmensidad del espacio.

Esto nos sucedió cuando éramos pequeños ussuris y después de jugar, veíamos un libro con fotografías de fascinantes bosques o, en un documental, aprendíamos que existían maravillosos animales mitológicos en tu propio país. Sucedía que la Cordillera Cantábrica estaba echándonos el lazo desde cientos de kilómetros, cuando escuchábamos al amigo de un familiar hablando de pueblos incomunicados por la nieve o los lobos deambulando por los pueblos de montaña. Entonces llegó el día en que, oculto tras unas vacaciones, atravesamos toda Castilla, como un enorme mar y al final de las olas de cereal, se levantaban montañas enormes, cubriendo todo el horizonte. La carretera dejó de ser recta y al cruzar un puerto, quizás el Escudo, quizás Piedrasluengas, quizás Palombera, todo se volvió verde y en pleno verano, las nubes y la humedad se adueñaron de del paisaje. La Cordillera nos había mordido y ya jamás nos soltaría.

Durante años, como montañeros o, más tarde, profesionalmente como guías de montaña en Ussuri Trek, recorrimos fascinados esta frontera paisajística y climática, descubriendo rincones, respirando selvas, charlando con los paisanos, aprendiendo de ellos y, claro, ascendiendo montañas. Además, siempre sabiendo, con íntima felicidad, que los animales estaban allí, unas montañas vivas en plena Europa Occidental…seguimos rastros de lobo en la nieve, palpamos huellas de Oso recién pisadas, vimos la sangre de la pelea de unos jabalís…por el cielo violaban águilas por la cumbres de Picos de Europa. Sí, somos reincidentes y volvemos siempre que podemos arriba, al Norte, a nuestro Gran Norte.

Esta vez hemos preparado un viaje que su solo diseño, nos ha llenado de satisfacción, lo hemos llamado Semana Cantábrica, pues aunque vayamos a alojarnos en el valle de Valdeón en pleno Parque Nacional de Picos de Europa, vamos a buscar diferentes paisajes y ecosistemas que componen esta magníficas montañas…los bosques de Redes, la verticalidad del Mampodre, la diferente vegetación de la montaña palentina, el gran río Ebro que desde la cordillera atraviesa el noreste del país, la propia energía de los Picos, obra culmen de estas tierras. Tenemos mucha ilusión en que viváis una experiencia llena de belleza, disfrutando en nuestro albergue de referencia en la zona, LaArdilla Real, que os atrape este territorio vasto, rico y diverso y os devore el corazón como hizo con nosotros hace ya tiempo.